A veces me preguntan por qué no invierto en Bitcoin.
Y aunque entiendo a quienes sí lo hacen, mi respuesta es siempre la misma:
No invierto en algo que no genera flujo de efectivo, ni tiene valor intrínseco real.
Cuando invierto, prefiero activos que produzcan algo: dividendos, revalorización.
Un inmueble genera alquiler o plusvalia.
Una acción de una buena empresa genera rentabilidad.
Un bono paga intereses.
Bitcoin, en cambio no produce nada, que yo sepa.
Su valor depende solamente de que otra persona esté dispuesta a pagar más mañana de lo que yo pagué hoy.
Y eso, honestamente, me parece más una apuesta que una inversión.
No quiero construir mi patrimonio esperando que "aparezca alguien" más emocionado, más optimista, o más temeroso de quedarse afuera, para comprarme a mí lo que yo compré.
Esa idea de "comprar hoy para vender mañana" me recuerda mucho a una historia que todos deberíamos recordar:
La crisis de los tulipanes en Holanda, en el siglo XVII.
En esa época, los tulipanes se pusieron de moda.
Los precios subieron tanto, y tan rápido, que una sola flor podía costar lo mismo que una casa.
La gente compraba no porque necesitara flores, ni porque las flores produjeran algo, sino porque esperaban revenderlas más caras.
Hasta que un día, simplemente, no apareció nadie más dispuesto a pagar.
Los precios se desplomaron.
Muchos quedaron arruinados.
La emoción, la moda y la esperanza de "venderle al próximo" habían construido una burbuja.
No digo que Bitcoin sea algo similar.
No dudo que la tecnología blockchain tenga valor.
No niego que pueda haber aplicaciones revolucionarias.
Lo que digo es que yo no me siento cómodo teniendo mis ahorros en un lugar donde no se que esperar.
En mi opinión, sin generación de ingresos ni valor propio, su precio está basado en la fe, no en los fundamentos.
Pero eso es quizá porque aún no conoces las características de Bitcoin (no va a malas).
Te pondré un ejemplo con unas preguntas que te inviten a cuestionarte tus creencias: -¿Cuánto vale hoy una casa en Ucrania?
-Llegado el caso, si tuvieras que salir del país, ¿qué tendría valor fuera de él y podrías llevarte sin que un militar te lo confisque en la frontera? ¿Tus activos actuales podrías llevártelos, algún tercero podría cerrar tus cuentas?
Ahí radica la principal virtud de Bitcoin: eres único dueño, es inconfiscable, y resistente a la censura.
Reducirlo a la fe o a cuestiones tecnológicas es no comprender qué es Bitcoin.
Aceptaría tu razonamiento hace dos años, pero tras la entrada de los ETFs y cada vez más empresas destinan una pequeña parte de su tesorería a invertir en BTC, no puedo estar de acuerdo. Dos cuestiones. Cuantas empresas pueden estar planteandose en breve entrar a comprar BTC y si cambiarias de opinión si la banca comercial aceptara el BTC como activo para apalancarse. Saludos.