Cenando con unos amigos, uno de ellos empresario, otro funcionario, el resto empleados cualificados y yo, como empleado y emprendedor, surgió la siguiente conversación…
El empresario, dueño de varios restaurantes, nos compartió su historia, primero el dato del dinero que gana, a lo que a los presentes los ojos nos hacían chiribitas, se trata de bastantes €€€...
A continuación nos explica la cara B de su historia de éxito; entonces los rostros sonrientes se fueron transformando en caras serias incluso de compasión, cuando nos relata sus esfuerzos y sacrificios para llegar donde está hoy.
Años de trabajo de lunes a domingo, tensiones familiares, problemas financieros, etc... te imaginas verdad?
Lo que era "envidia" por el dinero que gana se convirtió en "compasión" por lo que ha tenido que vivir en el camino.
En esa mesa todos queríamos sus resultados, pero quién de nosotros está dispuesto a hacer la parte de los esfuerzos y sacrificios, únicamente uno, el empresario.
P.D. Conoces el chiste de aquel que rezaba cada día para que le tocara la lotería; y harto de su petición, Jesús baja de la cruz se le acerca y le dice "yo hare mi parte si tú haces la tuya, al menos compra un décimo de lotería".
Pues eso, debemos ser coherentes entre lo que pretendemos lograr y los esfuerzos que estamos dispuestos a hacer para lograrlos.
Sin más, me despido por hoy, buen finde!
Jesús Barreña - tu Asesor financiero personal-
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