Los 4 lugares donde poner tus ahorros
A la hora de decidir donde poner tus ahorros, 4 son los destinos más comunes para proteger y rentabilizar tu dinero:
La Renta variable: Consiste en la inversión en empresas, donde la rentabilidad y el capital no están garantizados y dependen del mercado, pero el potencial de crecimiento a largo plazo es mayor que otros activos.
Funcionan mejor: Durante las fases de expansión económica, cuando el crecimiento de las empresas impulsa los precios de las acciones.
La Renta fija: Inversión en deuda emitida por gobiernos o empresas, donde la rentabilidad y el capital están predefinidos y con menor riesgo, pero con menor potencial de crecimiento. Ejemplos: bonos, letras del tesoro.
Funcionan mejor: En períodos de deflación o cuando la política monetaria restrictiva lleva a la baja los tipos de interés.
Los Activos reales: Inversión en bienes tangibles como oro, inmuebles o materias primas, que buscan proteger el capital de la inflación y ofrecer estabilidad de valor a largo plazo.
Funcionan mejor: Durante la inflación y el estancamiento económico, cuando la protección contra la inflación y el mantenimiento del poder adquisitivo son cruciales.
La Liquidez: Facilidad para convertir un activo en efectivo sin perder valor. La liquidez es importante para acceder al dinero cuando se necesita. Ejemplos: cuentas de ahorro, depósitos a plazo.
El dinero en liquidez es el destinado al fondo de tranquilidad financiera o fondo de emergencia y también para tener dinero disponible por si surgen oportunidades de inversión.
Funcionan mejor: En períodos de incertidumbre o turbulencias económicas, cuando la preservación del capital es la prioridad principal.
De hecho existe una metodología de inversión que quizá conoces que es la Catera Permanente.
La Cartera Permanente consiste en poner una cuarta parte de tus ahorros en cada uno de dichos activos, renta variable, renta fija, activos reales y liquidez.
De manera que tienes una cartera diversificada, protegida de los riesgos de cada ciclo económico, y aprovechar a la vez las ventajas de cada ciclo económico.
La idea de este sistema no es especular, el objetivo es tener un crecimiento moderado a largo plazo, puede ser un sistema aconsejable para un inversor prudente.
Te comparto mi cartera de inversión, que se compone de 3 de estos 4 activos, la composición aproximada es la siguiente:
40% Renta variable.
20% Renta fija.
40% Inmuebles. Este es el único activo real en el que invierto, y es con el que logro mayor rentabilidad. El oro no produce más dinero, simplemente lo conserva y respecto de las materias primas, no tengo conocimiento suficiente, ni interés, por ello ahí no invierto, únicamente lo que pueda estar incluido en alguna empresa en la que invierta en la Renta Variable.
En liquidez únicamente el fondo de tranquilidad financiera.
Es importante recordar:
El comportamiento pasado de una clase de activos no garantiza resultados futuros, es por ello que no debe ser el único criterio para invertir en él.
Las diferentes clases de activos pueden tener diferentes *correlaciones entre sí, lo que puede ayudar a diversificar una cartera y reducir el riesgo.
La asignación ideal de activos depende de la tolerancia al riesgo, los objetivos de inversión y el horizonte temporal de cada inversor.
P.D. La distribución de activos de una cartera de inversión ajustada a las circunstancias personales del perfil de inversor, es uno de los temas que tratamos en la Mentoría Financiera Personal.
*La correlación en inversiones es la medida en que dos o más activos tienden a moverse en la misma dirección o en direcciones opuestas, indica las similitudes del comportamiento de los precios de los activos entre sí.