El mundo de las inversiones inmobiliarias ofrece un abanico de posibilidades para aquellos que buscan diversificar su patrimonio y generar ingresos a largo plazo.
Sin embargo, no todas las inversiones son iguales, es importante comprender las diferencias entre las opciones activas y pasivas antes de tomar una decisión.
Inversión Inmobiliaria Activa:
Implica la compra de un inmueble con el objetivo de reformarlo para alquilarlo o venderlo posteriormente para obtener una ganancia, la plusvalía.
Este tipo de inversión requiere un alto grado de implicación personal, ya que el inversor debe encargarse de todos los aspectos del proceso, desde la búsqueda de la propiedad, la compra, la reforma y la puesta en alquiler o la venta.
Ventajas de esta metodología de inversión:
Mayor potencial de rentabilidad:
Al tener un mayor control sobre la inversión, se puede obtener una mayor rentabilidad, siempre que se toman las decisiones correctas en cada paso del procedo.
Personalización:
El inversor puede adaptar la propiedad a sus necesidades y preferencias.
Control total:
Se tiene un control completo sobre el proceso de inversión, desde el principio hasta el final.
Desventajas:
Requiere tiempo y esfuerzo:
La inversión inmobiliaria activa requiere una dedicación considerable de tiempo y esfuerzo de dedicación a capa paso del proceso.
Riesgo asociado:
Existe un mayor riesgo de este tipo de inversión, ya que el inversor asume la responsabilidad en primera persona de cualquier imprevisto que pueda surgir.
Necesidad de conocimiento:
Se requiere un cierto conocimiento especializado, sobre mercado inmobiliario, sobre reformas de construcción, así como de comercialización del producto final.
Inversión Inmobiliaria Pasiva:
Consiste en invertir en proyectos inmobiliarios ya desarrollados por terceros, sin necesidad de involucrarse en la gestión diaria.
Esto se puede hacer a través de diferentes vías, como el crowdfunding inmobiliario o los fondos de inversión inmobiliarios, por ejemplo.
Ventajas de esta manera de invertir en inmuebles:
Comodidad:
La inversión inmobiliaria pasiva es una forma cómoda de invertir en el sector inmobiliario sin tener que implicarse activamente en el proceso.
Diversificación:
Permite diversificar la cartera de inversiones en diferentes proyectos inmobiliarios.
Accesibilidad:
Se puede invertir con cantidades de dinero más pequeñas que en la inversión inmobiliaria activa.
Desventajas:
Menor potencial de rentabilidad:
En ocasiones la rentabilidad puede ser menor que en la inversión inmobiliaria activa, ya que se comparten los beneficios con los gestores del proyecto.
Menor control:
El inversor tiene menos control sobre el proyecto y las decisiones que se toman.
Riesgos asociados a la empresa:
Se corre el riesgo de que la empresa gestora del proyecto no tenga éxito.
¿Cuál es la mejor opción para ti?
La mejor opción de inversión inmobiliaria dependerá de las circunstancias y preferencias personales de cada inversor.
Si buscas una mayor rentabilidad, estás en disposición de dedicar tiempo, esfuerzo, dispones del conocimiento especializado, y además tienes ganas de hacerlo, pueden optar por la inversión inmobiliaria activa.
Por otro lado, si prefieres una inversión cómoda, pasiva, y con una rentabilidad más que atractiva, puedes optar por la inversión inmobiliaria pasiva.
P.D.1. No olvides que toda inversión conlleva riesgos, por lo que es fundamental realizar un análisis antes de tomar cualquier decisión de inversión.
P.D.2. Quizá contar con una asesoría de inversión inmobiliaria te pueda ayudar a tomar la decisión de inversión más adecuada para ti.