El impacto en nuestras finanzas
Como consumidores, ahorradores e inversores…
La inflación y la deflación son dos caras de una misma moneda, pero con efectos muy distintos.
La inflación es el aumento generalizado de los precios en una economía, lo que reduce el poder adquisitivo del dinero.
La deflación es la caída de los precios de bienes y servicios, lo que puede parecer positivo, pero a menudo indica una desaceleración económica.
Cómo nos afecta dependiendo de nuestra perspectiva:
Como consumidor, en un escenario de inflación, ve que su cesta de la compra cada vez cuesta más, pero su sueldo no sube al mismo ritmo.
Su calidad de vida se ve afectada.
En deflación, podría pagar menos por algunos bienes, pero si las empresas ingresan menos, pueden reducir salarios o despedir empleados.
Como ahorrador, la inflación erosiona el valor de su dinero en el banco.
Lo que hoy cuesta 100€, mañana podría costar 110€, a la vez que sus ahorros pierden poder adquisitivo.
Con deflación, el valor del dinero aumenta, pero el riesgo es que las tasas de interés bajen tanto que el incentivo para ahorrar desaparezca.
Como inversor, la inflación moderada puede ser positiva si invierte en activos que se revalorizan (como inmuebles o acciones). Sin embargo, si la inflación es demasiado alta, los mercados pueden volverse volátiles.
En deflación, las inversiones pueden perder valor porque las empresas generan menos ingresos y las expectativas de crecimiento se enfrían.
Una inflación controlada es signo de una economía en crecimiento, mientras que la deflación suele ser síntoma de crisis.
En fin, ni la inflación alta ni la deflación son escenarios ideales.
Qué podemos hacer al respecto?
Tener un plan financiero resistente a cada escenario, proteger los ahorros con activos resistentes a la inflación y tomar decisiones financieras inteligentes.
P.D. Si ya tienes optimizada la gestión de tus finanzas, no necesitarás una Mentoria de finanzas personales.