¿Qué los diferencia realmente?
Cuando hablamos de invertir de forma pasiva en el mercado, dos vehículos son los protagonistas:
✅ Fondos de Inversión Indexados
✅ ETFs (Exchange-Traded Funds)
Aunque ambos buscan lo mismo (replicar un índice), hay una diferencia clave en cómo funcionan:
📈 Los ETFs son como acciones que cotizan en bolsa.
Se pueden comprar y vender durante toda la jornada bursátil, al precio de mercado en ese momento.
Si quieres entrar o salir del mercado, puedes hacerlo en el acto, siempre que haya liquidez.
Pero ojo: cuando vendes un ETF con ganancias, tributas ese año en tu declaración de la renta (no hay traspasos fiscalmente neutros).
🕒 En cambio, los fondos de inversión indexados no cotizan en bolsa.
No puedes comprarlos o venderlos al momento; las órdenes se ejecutan al valor liquidativo del día (un precio único diario).
La suscripción o reembolso suele tardar 1-3 días hábiles.
Eso sí, cuentan con una ventaja fiscal muy potente: puedes traspasar de un fondo a otro sin tributar por las plusvalías acumuladas (lo que te permite diferir el pago de impuestos mientras mantengas tu inversión en fondos).
Ambos son herramientas excelentes para invertir de forma diversificada y a bajo coste.
La clave está en elegir el que mejor se adapte a tu estrategia y horizonte temporal.
Lo más replicado en la indexación son el SP500 y el MSCI World.
💡 Si buscas agilidad y operativa intradía, los ETFs son la opción.
💡 Si priorizas la eficiencia fiscal y una gestión más a largo plazo, los fondos indexados son tu aliado.
Ya tienes claro cuál encaja mejor en tu plan financiero personal?
Lo importante es tener el hábito de invertir, ya sea en Fondos de inversión o en ETFs, ahí está el "secreto".