Alguna vez te has aferrado a una mala decisión solo porque ya habías invertido tiempo, dinero o esfuerzo en ella?
Este es el conocido como efecto del coste hundido.
Un sesgo cognitivo que nos lleva a tomar decisiones irracionales al enfocarnos en los recursos que ya no podemos recuperar, en lugar de analizar los beneficios y costes futuros.
Un ejemplo:
Compraste acciones por un valor de 1.000€ y, con el tiempo, su valor baja a 600€.
Sabes que las acciones de la empresa tiene pocas probabilidades de recuperarse, pero decides no vender porque no quieres aceptar la pérdida inicial.
Sin embargo, esta decisión puede ser más perjudicial.
La clave está en concentrarse en cómo aprovechar los 600€ que vale hoy y buscar la mejor oportunidad, ignorando el dinero ya perdido.
Un ejemplo cotidiano:
Compras una entrada cara para un concierto, pero el día del evento estás enfermo.
Aun así, decides asistir porque "ya pagaste".
El resultado?
Pasas un mal rato y al día siguiente te encontrarás peor; cuando podrías haber priorizado tu bienestar y haberte quedado en la cama y al día siguiente estar como una rosa.
Superar el sesgo del efecto del coste hundido implica reconocer los costes irrecuperables y tomar decisiones basadas en el potencial futuro, y no en el pasado ya perdido.
Cuántas veces has tomado una decisión por miedo a "perder" en lugar de hacerlo poniendo el foco en la posible ganancia?
La gestión del dinero no es solo un tema de números, es quizá más importante el tema de la mentalidad y hábitos, de esos temas tratamos en la 👉🏼 Newsletter Premium ✨
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Feliz martes y felices finanzas!